Mamá, que palabra tan sencilla y a la vez tan grande. Cuantas cosas hermosas encierran
esas dos silabas.
Si uno busca la definición de madre en el diccionario pone:
“mujer que ha parido” una madre no es solo eso, no es solo la mujer que te ha
parido, sino que te ha dado la vida, te ha llevado 9 meses dentro. Es la
primera persona que te ha amado sin verte, sin conocerte; es quien se ha
cuidado para que nazcas sano y fuerte. Es tu primer beso, tu primer abrazo, tu
primer amor, ella te amará incondicionalmente mientras viva.
Ella es quien te alimenta, quien aguanta noches de insomnio,
quien te cuida, quien te seca las lágrimas, quien te levanta cada vez que te
caes, la que te apoya y cree en ti, la única que te conoce realmente, la que
sabe cada rasgo de ti, cada gesto, cada peca.
La única persona capaz de sacrificarse e incluso dar la vida
por ti. Es la que siempre te sonríe, te mima, y sí, también te regaña, te
castiga, con quien te peleas, a quien le protestas pero ella es parte de ti y
tu eres parte de ella.
Estamos unidos a nuestras madres de por vida. Nos cortan el
cordón que nos une a ella al nacer pero es solo un acto simbólico, estamos
“conectados” a ellas por uno mucho más fuerte, el del amor.
Y ese amor es indestructible, ni si quiera cuando uno de los
dos deja este mundo se rompe.
Una madre es una amiga, una maestra, una confidente, es tu
otra mitad, es quien nunca te abandonará al menos no de manera voluntaria. Una
madre lo es todo, no seriamos nada ni nadie sin ellas.
A veces se equivocan, no son perfectas, pero ahí reside su
grandeza, porque nadie les enseñó y a pesar de sus defectos y de sus errores
nunca se rinden y siguen luchando.
Siempre nos dan su amor incondicional aunque a veces sean
las eternas olvidadas, porque no valoramos todo su esfuerzo, su entrega, su
sacrificio, su dedicación, porque pensamos que siempre estarán ahí para
nosotros. Y crecemos, y dejamos de decirles “te quiero”, de darle abrazos,
besos, y ellas nunca se quejan, te siguen amando igual.
Hoy es el día de la madre, pero todos los días deberían
serlo, porque son un gran ejemplo de lucha, de amor y porque ninguno
existiríamos de no ser por ellas.
Yo hace casi 22 años que no pronuncio la palabra “mamá” y no
hay día que no piense en ella, siempre está presente, y me arrepiento de todas
las veces que no le dije que la quería, o no le sonreí, o no le di un beso o un
abrazo… como dice el dicho “uno no sabe lo que tiene, hasta que lo pierde”
Para mí una madre es lo mas valioso y aunque la mía ya no
está presente la amaré mientras viva, así que mi humilde consejo es: “haced que
todos los días se sienta especial” regálale cada día un abrazo, un beso, un te
quiero, una palabra de cariño y la harás la madre mas feliz del mundo.
Y cuando sea “viejita” y se vuelva, torpe, olvidadiza,
cascarrabias, etc. no la apartes de tu vida, no la olvides, ni pienses que es
una carga o una molestia, porque hizo lo mismo por ti. Ella te dio la vida,
te cuidó, te dio amor, y cuando llegue la hora, es cuando tienes que
demostrarle lo bien que lo hizo contigo, es la mejor manera de darle las
gracias.
Así que coge ahora el teléfono y dile “te quiero” o si la
tienes cerca abrázala, bésala y dile gracias. Veras como se iluminan sus ojos,
su alma y brota la mas hermosa de las sonrisas. Graba en tu memoria y en tu corazón
ese instante mágico, porque no volverá.
Yo a mi mami, no la puedo llamar, ni besar ni abrazar pero
tengo grabada su eterna sonrisa en mi mente y en mi corazón y se que allá donde
esté me oirá decirle:
Te quiere, Nani.
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